“La muy poco conocida enfermedad del tabaco verde (ETV) consiste en una forma de intoxicación por la absorción dérmica de la nicotina. Este padecimiento es común entre los recolectores de tabaco y en general entre aquellos trabajadores que manipulan la planta de tabaco fresca, así como en aquellos que manipulaban la hoja ya curada. Los síntomas de la ETV fueron observados por primera vez en los trabajadores de las plantaciones de tabaco en la Florida, EE.UU. a inicio de los años setenta”.
“Las personas afectadas por la ETV frecuentemente comienzan presentando cefalea y náusea. A estos síntomas le siguen vómito, vértigo, debilidad, escalofríos y un aumento en la salivación y la transpiración. La persona se ve pálida y es común que reporte dolor abdominal y diarrea. En casos graves se reporta postración severa, dificultad para respirar y posibles fluctuaciones en la presión arterial y el ritmo cardíaco. Como se describe en este número, la incidencia de ETV en los EE.UU. durante el verano de 1999 había alcanzado al 41% de los trabajadores”.
Cuando hablamos de control del tabaco acentuamos los daños sobre fumadores y no fumadores, y nos olvidamos de los cultivadores y en general de tod@s los que manipulan la hoja en la cadena de pruduccion, muchos de ellos niños y niñas, que estan sometidos a condiciones de explotación, manipulando peligrosos agrotóxicos, y por el contacto directo con la hoja de tabaco padecen de la enfermedad del tabaco verde. Además de ser este un tema de salud publica, también implica una violación a los derechos humanos, pero este será el tema de otra publicación.
Por ahora recordemos lo que ya escribanos sobre MEXICO y registremos las conclusiones de una reciente investigación de la Escuela de Medicina de la Wake Forest University, en Winston-Salem, Carolina del Norte:
1. Entre 304 recolectores de tabaco en Carolina del Norte, más del 18 por ciento había sufrido náuseas, mareos, cefaleas y otros síntomas de envenenamiento con nicotina en los últimos cuatro meses.
2. Los trabajadores con problemas cutáneos, como sarpullido, picazón o lastimaduras, eran los más vulnerables, debido quizás a que la absorción ocurría a través de la piel.
3. Los trabajadores que vestían ropa para la lluvia para proteger la piel del contacto con las plantas de tabaco tenían bajo riesgo de sufrir envenenamiento.
4. La nicotina es soluble en agua y grasa. La transpiración de las hojas de las plantas de tabaco contiene nicotina y cuando ésta pasa a la piel, ya sea directamente o a través de ropas húmedas, el cuerpo la absorbe inmediatamente.
5. Un estudio previo, su equipo halló que los productores de tabaco (léase la industria), que conocen los síntomas de sus trabajadores, suelen minimizar su gravedad o confundir su origen, dado que muchos responsabilizaban al calor o las exigencias físicas del trabajo, por ejemplo, en lugar de la exposición a la nicotina.
“Las personas afectadas por la ETV frecuentemente comienzan presentando cefalea y náusea. A estos síntomas le siguen vómito, vértigo, debilidad, escalofríos y un aumento en la salivación y la transpiración. La persona se ve pálida y es común que reporte dolor abdominal y diarrea. En casos graves se reporta postración severa, dificultad para respirar y posibles fluctuaciones en la presión arterial y el ritmo cardíaco. Como se describe en este número, la incidencia de ETV en los EE.UU. durante el verano de 1999 había alcanzado al 41% de los trabajadores”.
Cuando hablamos de control del tabaco acentuamos los daños sobre fumadores y no fumadores, y nos olvidamos de los cultivadores y en general de tod@s los que manipulan la hoja en la cadena de pruduccion, muchos de ellos niños y niñas, que estan sometidos a condiciones de explotación, manipulando peligrosos agrotóxicos, y por el contacto directo con la hoja de tabaco padecen de la enfermedad del tabaco verde. Además de ser este un tema de salud publica, también implica una violación a los derechos humanos, pero este será el tema de otra publicación.
Por ahora recordemos lo que ya escribanos sobre MEXICO y registremos las conclusiones de una reciente investigación de la Escuela de Medicina de la Wake Forest University, en Winston-Salem, Carolina del Norte:
1. Entre 304 recolectores de tabaco en Carolina del Norte, más del 18 por ciento había sufrido náuseas, mareos, cefaleas y otros síntomas de envenenamiento con nicotina en los últimos cuatro meses.
2. Los trabajadores con problemas cutáneos, como sarpullido, picazón o lastimaduras, eran los más vulnerables, debido quizás a que la absorción ocurría a través de la piel.
3. Los trabajadores que vestían ropa para la lluvia para proteger la piel del contacto con las plantas de tabaco tenían bajo riesgo de sufrir envenenamiento.
4. La nicotina es soluble en agua y grasa. La transpiración de las hojas de las plantas de tabaco contiene nicotina y cuando ésta pasa a la piel, ya sea directamente o a través de ropas húmedas, el cuerpo la absorbe inmediatamente.
5. Un estudio previo, su equipo halló que los productores de tabaco (léase la industria), que conocen los síntomas de sus trabajadores, suelen minimizar su gravedad o confundir su origen, dado que muchos responsabilizaban al calor o las exigencias físicas del trabajo, por ejemplo, en lugar de la exposición a la nicotina.