Si entendemos la política como el ejercicio de lo público o como la gestión del bienestar colectivo, es fácil concluir que las tabacaleras van en contravía de este imperativo ético en la promoción de sus negocios.
Los altibajos en la implementación de las agendas públicas de control del tabaco son una constante en Latinoamérica. La ratificación del Convenio Marco para el Control del Tabaco CMCT, apremia el avance de legislaciones acordes con las obligaciones que impone el Convenio a los Estados Partes. Damos como hecho la voluntad política del gobierno y poder legislativo, pero en ese caminar nos topamos con una realidad dura: LOS INTERESES DE LA INDUSTRIA.
Esta introducción para decir que en Colombia, la antipolítica que honra el lucro y las ganancias de los balances financieros de las tabacaleras, menoscabando la salud de fumadores y NO fumadores, esta en un momento culminante en su propósito de evitar la puesta en vigor de la Resolución 1956 del Ministerio de Protección Social, que establece espacios 100% libres de humo. La táctica es simple, nada novedosa, pero efectiva:
Presionar al gobierno para que no insista en la aplicación de la Resolución 1956, permitiendo el tramite de los proyectos de ley que establecen salas de fumadores, limitan las prohibiciones en publicidad y establecen inefectivas advertencias sanitarias.
La antipolítica de la industria se alimenta de varios argumentos que van desde “alertar” al gobierno por la perdida del recaudo tributario proveniente del consumo del tabaco, pasando por la disminución de puestos de trabajo en la industria y cultivos, hasta la gestión depurada de una responsabilidad social que entrega donativos millonarios al gobierno para programas sociales. Los primeros son de amplio conocimiento, por lo que registramos el ejemplo mas reciente de RS.
El viernes pasado, el presidente de Philip Morris Internacional (PMI), Louis Camilleri, se reunió con el Presidente Álvaro Uribe Vélez, para hacer efectiva una donación de 2 millones de dólares para apoyar los programas enfocados en la reinserción de la población desmovilizada paramilitar. También anunció la creación de la fundación "COLTABACO". PMI es propietaria en Colombia de la empresa Coltabaco, a través de la cual produce e importa sus marcas de cigarrillos. Algo debe estar ocurruendo para que Camilleri se desplace de Ginebra a Cartagena de Indias. No sabemos de visitas anteriores a Latinoamérica y menos por razones como las que ocupaban la agenda con el presidente.
Los altibajos en la implementación de las agendas públicas de control del tabaco son una constante en Latinoamérica. La ratificación del Convenio Marco para el Control del Tabaco CMCT, apremia el avance de legislaciones acordes con las obligaciones que impone el Convenio a los Estados Partes. Damos como hecho la voluntad política del gobierno y poder legislativo, pero en ese caminar nos topamos con una realidad dura: LOS INTERESES DE LA INDUSTRIA.
Esta introducción para decir que en Colombia, la antipolítica que honra el lucro y las ganancias de los balances financieros de las tabacaleras, menoscabando la salud de fumadores y NO fumadores, esta en un momento culminante en su propósito de evitar la puesta en vigor de la Resolución 1956 del Ministerio de Protección Social, que establece espacios 100% libres de humo. La táctica es simple, nada novedosa, pero efectiva:
Presionar al gobierno para que no insista en la aplicación de la Resolución 1956, permitiendo el tramite de los proyectos de ley que establecen salas de fumadores, limitan las prohibiciones en publicidad y establecen inefectivas advertencias sanitarias.
La antipolítica de la industria se alimenta de varios argumentos que van desde “alertar” al gobierno por la perdida del recaudo tributario proveniente del consumo del tabaco, pasando por la disminución de puestos de trabajo en la industria y cultivos, hasta la gestión depurada de una responsabilidad social que entrega donativos millonarios al gobierno para programas sociales. Los primeros son de amplio conocimiento, por lo que registramos el ejemplo mas reciente de RS.
El viernes pasado, el presidente de Philip Morris Internacional (PMI), Louis Camilleri, se reunió con el Presidente Álvaro Uribe Vélez, para hacer efectiva una donación de 2 millones de dólares para apoyar los programas enfocados en la reinserción de la población desmovilizada paramilitar. También anunció la creación de la fundación "COLTABACO". PMI es propietaria en Colombia de la empresa Coltabaco, a través de la cual produce e importa sus marcas de cigarrillos. Algo debe estar ocurruendo para que Camilleri se desplace de Ginebra a Cartagena de Indias. No sabemos de visitas anteriores a Latinoamérica y menos por razones como las que ocupaban la agenda con el presidente.
Las apuestas están sobre la mesa: de un lado la esperada entrada en vigencia de la Resolución 1956 y de otro los esfuerzos de las tabacaleras por lograr una legislación a su medida en el Congreso, contando con las mayorías del gobierno en ambas cámaras y la debilidad de un Ministro cuestionado por el bajo impacto de su labor en 6 años de gobierno y su vinculación a varios procesos judiciales.
En medio de este panorama nada optimista, registramos la campaña de la Universidad Javeriana que se declaró libre de humo, apoyada en la Resolución 1956. Este tipo de decisiones empoderan las agendas de control del tabaco y envían fuertes mensajes sobre la pertinencia de estas medidas que favorecen la salud pública. Y una ultima cosa, los proyectos de ley en curso no incluyen a las Universidades como espacios libres de humo, al considerar que sus estudiantes son mayores de edad: “la libertad de elegir”.
Acompañamos esta nota con la imagen de la Campaña de la U. Javeriana.