Una primera reacción ante el estudio realizado por Harvard School of Public Health, verificando el incremento del 11% en los contenidos de nicotina de los cigarrillos, ha surgido por parte de la mayoría demócrata en el Congreso de EE.UU.
El Senador Edward Kennedy, propone la reconsideración de un proyecto desestimado en la legislatura 2004, que otorgaba a la Food and Drug Administration FDA poderes para regular los productos derivados del tabaco.
“La FDA o Food and Drug Administration (Administración de Drogas y Alimentos, por sus siglas en inglés) es la agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos (tanto para seres humanos como para animales), suplementos alimenticios, medicamentos (humanos y veterinarios), cosméticos, aparatos médicos (humanos y animales), productos biológicos y productos hemáticos”.
La iniciativa del Senador Kennedy tiene una tremenda importancia histórica, al abrir la posibilidad de que la FDA regule los contenidos y formas de comercialización de un producto altamente riesgoso para los consumidores como es el tabaco. En principio, observamos los siguientes impactos de proceder la iniciativa:
1. La FDA, previo el ejercicio de su poder de regulación y control, deberá establecer científicamente los contenidos del tabaco y su potencial riesgoso, para definir cantidad y calidad de los insumos utilizados en la fabricación.
2. La FDA tendrá el poder de monitoreo y/o fiscalización de todo el proceso de producción y comercialización de los productos del tabaco, con el consiguiente poder sancionatorio.
3. Podrá establecer advertencias sanitarias de todo tipo y obligar al uso de anexos informativos incorporados a las cajetillas.
4. Frente a los litigios, la regulación facilitará el material probatorio por daños causados, mejorando ostensiblemente la eficacia de las demandas propuestas en contra de la industria.
La pelea de los demócratas al interior del congreso no será fácil, así tengan la mayoría. El poder de veto que finalmente ejerce el Presidente, será una de las cartas que se reservará la industria, ya que las tabacaleras utilizaran todo su poder de presión política para entorpecer esta iniciativa. Así lo han hecho históricamente.
Anotamos finalmente que las competencias que asuma la FDA, tendrán también un efecto importante en otros países, especialmente los que suscriban Tratados de Libre Comercio con EE.UU., pues las regulaciones sobre el cigarrillo, como producto de consumo masivo, tendrán eficacia jurídica transnacional. Bueno, por lo menos eso esperamos.
El Senador Edward Kennedy, propone la reconsideración de un proyecto desestimado en la legislatura 2004, que otorgaba a la Food and Drug Administration FDA poderes para regular los productos derivados del tabaco.
“La FDA o Food and Drug Administration (Administración de Drogas y Alimentos, por sus siglas en inglés) es la agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos (tanto para seres humanos como para animales), suplementos alimenticios, medicamentos (humanos y veterinarios), cosméticos, aparatos médicos (humanos y animales), productos biológicos y productos hemáticos”.
La iniciativa del Senador Kennedy tiene una tremenda importancia histórica, al abrir la posibilidad de que la FDA regule los contenidos y formas de comercialización de un producto altamente riesgoso para los consumidores como es el tabaco. En principio, observamos los siguientes impactos de proceder la iniciativa:
1. La FDA, previo el ejercicio de su poder de regulación y control, deberá establecer científicamente los contenidos del tabaco y su potencial riesgoso, para definir cantidad y calidad de los insumos utilizados en la fabricación.
2. La FDA tendrá el poder de monitoreo y/o fiscalización de todo el proceso de producción y comercialización de los productos del tabaco, con el consiguiente poder sancionatorio.
3. Podrá establecer advertencias sanitarias de todo tipo y obligar al uso de anexos informativos incorporados a las cajetillas.
4. Frente a los litigios, la regulación facilitará el material probatorio por daños causados, mejorando ostensiblemente la eficacia de las demandas propuestas en contra de la industria.
La pelea de los demócratas al interior del congreso no será fácil, así tengan la mayoría. El poder de veto que finalmente ejerce el Presidente, será una de las cartas que se reservará la industria, ya que las tabacaleras utilizaran todo su poder de presión política para entorpecer esta iniciativa. Así lo han hecho históricamente.
Anotamos finalmente que las competencias que asuma la FDA, tendrán también un efecto importante en otros países, especialmente los que suscriban Tratados de Libre Comercio con EE.UU., pues las regulaciones sobre el cigarrillo, como producto de consumo masivo, tendrán eficacia jurídica transnacional. Bueno, por lo menos eso esperamos.
FUENTE: networkmedica.com, wikipedica