28 de junio de 2006

LOS ACCIONISTAS DE PFIZER


Cuando hablamos de negocios y aquí se habla de accionistas, las posiciones neutras no existen. Se toma partido y se construyen argumentaciones. Reconocemos que el tema no es fácil y mas si se confunde en el análisis el objeto social y áreas de intervención de Pfizer, que de ninguna manera cuestionamos, con su base accionaria, razón de las preocupaciones expuestas en nuestro anterior artículo.

¿Alguien puede ayudar a confirmar o desvirtuar la información de TRANSNATIONALE.ORG? Con esta pregunta concluíamos nuestra nota anterior y hasta la fecha no ha sido desvirtuada. Nos han llegado diferentes mensajes electrónicos explicativos de esta situación, pero, muy a nuestro pesar, la coincidencia de propietarios accionistas de las dos industrias, Pfizer y ALTRIA / Philip Morris, sigue vigente.

Un accionista es una persona física o jurídica propietaria de acciones, donde uno de sus derechos es la participación en la gestión de la empresa. Es claro, frente al caso que nos ocupa, que la propiedad accionaria es mínima, pero la potencialidad de participar en la administración existe legalmente y frente a esta posibilidad se debe exigir claridad y controles.

INVERSIONES SOCIALMENTE RESPONSABLES
United Kingdom Social Investment Forum (UKSIF) define las inversiones socialmente responsables como “aquellas inversiones que permiten a los inversores combinar los objetivos financieros con sus valores sociales, vinculados a ámbitos de justicia social, desarrollo económico, paz y medio ambiente”.

Sobre esta base conceptual se desarrollan los Fondos de Inversión Eticos o Fondos Sociales, con el fin de promover inversiones socialmente responsables. Esto implica, por ejemplo, excluir compras y participaciones accionarias en industrias vinculadas a armas, discriminación de género, explotación infantil, pornografía, depredadoras del medio ambiente y tabaco. Correlativamente, esta visión implica para los funcionarios directivos de las empresas, no solamente responder ante los accionistas, sino también ante los trabajadores, consumidores, proveedores, beneficiarios de programas filantrópicos y, en general, ante su entorno social y ecológico.

UN NUEVO CAMPO PARA EL CONTROL DEL TABACO
De convertirse en norma esta movilidad de capitales de inversión que conjugan intereses tanto en tabaco como en productos que atacan los perversos efectos del consumo del cigarrillo, se impone para las organizaciones de control del tabaco extender el campo de aplicación de sus campañas, denunciando estas situaciones y exigiendo a las empresas socialmente responsables la expedición de códigos voluntarios de conducta que excluyan inversiones cuestionadas éticamente. Esta es otra forma de luchar contra la mortífera industria del tabaco.

El mercado es una invención humana y a todos nos corresponde exigir a los inversionistas reglas que respeten valores y principios vinculados a una ética empresarial. Detrás del capital hay personas y a ellos debemos reclamar un uso ético en beneficio de toda la humanidad y del planeta.
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