Las noticias del tabaco siempre tienen un matiz sorprendente, tanto las positivas para el control del tabaco como las que significan retrocesos…ejemplos:
Fue una sorpresa grata conocer que la Conferencia de las Partes de Ginebra, estuviera integrada por 122 países ratificantes del Convenio Marco para el Control del Tabaco, cuando unos meses antes los cálculos más optimistas indicaban 70 países.
Siempre nos sorprende que los representantes de Philip Morris, manifiesten públicamente su conformidad con la ratificación del Convenio Marco para el Control del Tabaco, pero rápidamente recordamos que su intención es visibilizar sus políticas de responsabilidad social, favoreciendo su imagen y, por esta vía, mitigar el impacto de eventuales demandas de responsabilidad por daños y afectaciones a la salud.
Dos noticias nos han llamado la atención en los últimos días:
La tabacalera hispano francesa ALTADIS retribuya en especie sus obligaciones laborales a empleados, jubilados y prejubilados y, lo increíble, que ante el incumplimiento de esta, los sindicatos hayan presentado ante la Audiencia Nacional una demanda por conflicto colectivo contra la tabaquera. Concretamente el litigio busca que Altadis reinstaure el pago de tres cartones de tabaco rubio o negro mensuales, más los extras correspondientes a junio y navidad, por un valor estimado de 1.000 euros al año, a los aproximadamente 10.000 afectados.
¿Cómo puede ser posible que en pleno siglo XXI el tabaco tenga un “valor de cambio” o sea que se utilice como dinero, en un país de modernidad avanzada como ESPAÑA, para que los trabajadores reciban parte de su salario en cartones de tabaco y que esta situación la permita el gobierno y la faciliten los asalariados? Así como los trabajadores exigen garantizar sus derechos laborables, también deberían exigir políticas acordes con la promoción del derecho a la salud en beneficio propio y mayor solidaridad con la sociedad.
En ARGENTINA, el gobierno nacional, que no define una política de respaldo al control del tabaco, expide un decreto mediante el cual mantiene la vigencia de un impuesto del 7% sobre el cigarrillo. De no haber mediado esta decisión, el impuesto se habría elevado hasta el 21%.
Estas noticias, como pueden observar, son de doble vía. Al final solo esperamos que se impongan las que convocan a la vida y no las que solo benefician a las tabacaleras.
Fue una sorpresa grata conocer que la Conferencia de las Partes de Ginebra, estuviera integrada por 122 países ratificantes del Convenio Marco para el Control del Tabaco, cuando unos meses antes los cálculos más optimistas indicaban 70 países.
Siempre nos sorprende que los representantes de Philip Morris, manifiesten públicamente su conformidad con la ratificación del Convenio Marco para el Control del Tabaco, pero rápidamente recordamos que su intención es visibilizar sus políticas de responsabilidad social, favoreciendo su imagen y, por esta vía, mitigar el impacto de eventuales demandas de responsabilidad por daños y afectaciones a la salud.
Dos noticias nos han llamado la atención en los últimos días:
La tabacalera hispano francesa ALTADIS retribuya en especie sus obligaciones laborales a empleados, jubilados y prejubilados y, lo increíble, que ante el incumplimiento de esta, los sindicatos hayan presentado ante la Audiencia Nacional una demanda por conflicto colectivo contra la tabaquera. Concretamente el litigio busca que Altadis reinstaure el pago de tres cartones de tabaco rubio o negro mensuales, más los extras correspondientes a junio y navidad, por un valor estimado de 1.000 euros al año, a los aproximadamente 10.000 afectados.
¿Cómo puede ser posible que en pleno siglo XXI el tabaco tenga un “valor de cambio” o sea que se utilice como dinero, en un país de modernidad avanzada como ESPAÑA, para que los trabajadores reciban parte de su salario en cartones de tabaco y que esta situación la permita el gobierno y la faciliten los asalariados? Así como los trabajadores exigen garantizar sus derechos laborables, también deberían exigir políticas acordes con la promoción del derecho a la salud en beneficio propio y mayor solidaridad con la sociedad.
En ARGENTINA, el gobierno nacional, que no define una política de respaldo al control del tabaco, expide un decreto mediante el cual mantiene la vigencia de un impuesto del 7% sobre el cigarrillo. De no haber mediado esta decisión, el impuesto se habría elevado hasta el 21%.
Estas noticias, como pueden observar, son de doble vía. Al final solo esperamos que se impongan las que convocan a la vida y no las que solo benefician a las tabacaleras.
--------------------------------------------------------
FUENTES NOTICIAS: Ceres Televisión ; CLARÍN ON LINE
ILUSTRACION: E-FARO.INFO