5 de marzo de 2006

ALIANZA TABACALERAS + FARMACEUTICAS


En el mes de diciembre de 2005, una noticia circuló en Internet sin mayor interés por parte de quienes trabajan las políticas de control del tabaco. El diario EL UNIVERSAL, informó que “Chrysalis Technologies, una unidad de la tabacalera Philip Morris USA, se asociará con la farmacéutica Discovery Laboratories Inc. para desarrollar sistemas de medicamentos para enfermedades respiratorias”.

Hay un refrán popular que dice “quien peca y reza, empata”. Seguramente a esto le juega Philip Morris, cuando de un lado comercializa y se lucra con un producto altamente adictivo y de otro genera alianzas para desarrollar medicamentos para enfermedades respiratorias.

Pero más allá de esta situación, la noticia permite exponer una situación que trasciende el aspecto comercial para ubicarse en el campo de la ética: ¿Por qué no asumimos con la misma vehemencia la censura contra las transnacionales farmacéuticas, que con la comercialización del derecho a la salud, causan también grandes perjuicios a los sectores populares de los países en desarrollo?

Las organizaciones antitabaco que interpelan duramente a las tabacaleras, por ejemplo, también deberían cuestionar el riesgo de la desaparición de los genéricos y de los medicamentos de bajo costo, cuando en los tratados de libre comercio (TLC) que se suscriben con EE.UU., privilegian la defensa de los intereses económicos y monopolios farmacéuticos. También cuando en estos tratados se “abre la posibilidad de que un medicamento ya patentado se presente otra vez bajo la técnica de ´siempre nuevo´, que consiste en que las empresas patentan ´nuevas presentaciones´ de medicamentos ya conocidos en el mercado cuyas patentes están próximas a terminar”.

Entendemos, desde luego, que la prioridad es la lucha contra las tabacaleras y sus abusos corporativos, pero no hay que olvidar que este tipo de anuncios hacen parte de las estrategias corporativas en las que pretendiendo limpiar su imagen, aprovechan para diversificar sus negocios. Tomar conciencia de estos problemas que también son de vida y muerte, nos obligan a rechazar, inclusive, la financiación de eventos de control del tabaco con dineros de la industria farmacéutica. Es un buen principio, para asumir una propuesta ética frente al conjunto de la industria transnacional que hoy, con el apoyo de los gobiernos, ha mercantilizado el derecho a la salud.
ILUSTRACION: www.elmundo.es