
"La industria del tabaco se
comporta como una sustancia corrosiva que podría llegar a través de la comida,
o que se filtran a través de cualquier
grieta o fisura en la armadura de nuestras defensas. Nuestra respuesta debe ser
sellar todas las grietas y fisuras, una por una, con la ciencia y la evidencia,
apoyados por instrumentos para la aplicación de este conocimiento y respaldada
por las reglas de la ley".
Es todo un ejemplo para los
gobiernos y concretamente los Ministerios de Salud que en no pocas ocasiones
son medias tintas.
Recordemos que ya en la en la
Conferencia Mundial sobre Tabaco o Salud de Singapur (marzo 2012), pidió a los
gobiernos no permitir que la industria tabacalera tome ventajas sobre ellos.
Esperamos que las decisiones de
la COP5 tengan el mismo talante ejemplarizante de la directora de la OMS.